José y Carlos Gallego son primos, vecinos y comparten, además de acera, una peligrosa condición: la de víctimas de la alta siniestralidad que se registra en un pequeño tramo de la OU-310, en el punto kilométrico 5,6 de la carretera que une Verín y Vilardevós.
En dos semanas han sufrido dos accidentes, que les pudo costar incluso daños personales, porque los materiales, en el caso de Carlos, son más que evidentes. El primero fue en la madrugada del día 9 de septiembre, cuando un vehículo a gran velocidad impactó contra su cierre perimetral y se llevó por delante todo, esto es, sus postes, el muro de contención, la puerta metálica, un poste de telefonía y un árbol, que lo arrancó de cuajo. Milagrosamente sus ocupantes salieron con heridas de escasa consideración, no así el vehículo, que se dejó el motor fuera de la carrocería del brutal impacto.
Carlos dormía. Se despertó con el estruendo, y no dudó por un instante de que se trataba de otro de los siniestros que se registran a las puertas de su casa. En cinco años lleva varios contabilizados, dos graves en los últimos tres meses.
Él mismo nos relata el último de los impactos recibidos en su domicilio, y todavía no se explica cómo los ocupantes de aquel Seat León pudieron salir vivos del siniestro.
Presenció el siniestro instantes antes de salir de casa
El que también salió vivo, casi de milagro, fue su primo José, que vive a unos 60 metros de la casa del primero. Un minuto de diferencia le salvó de morir arrollado por el vehículo que derrapaba tras salirse de su trayectoria por encima de la acera de su vivienda. Él mismo nos lo cuenta: "Vino pasar por diante de min, estaba a punto de abrir a porta do xardín para saír a pasear e vin pasar o coche xa sen control. Acabou aparcado marcha atrás na finca contigua", relata.
El impacto dejó claras evidencias de la velocidad del vehículo y de las imposibles maniobras que realizó tras colisionar con el bordillo de la acera.
Una limitación que no se respeta
Temen por sus vidas porque en cualquier momento pueden volver a repetirse siniestros a las puertas de casa. El tramo está limitado a 50 km a la hora, pero esta limitación, en el caso de que se viaje desde Vilardevós en sentido Verín, nace en la propia curva y después de una larga recta que invita a la velocidad.
Si el sentido de la marcha es el contrario, dos curvas a derecha e izquierda consecutivas convierten al trazado en una trampa, que se vuelve mucho más peligrosa si el firme está deslizante con la lluvia.
La alcaldesa, a la espera de que la reciban
Eva Pérez Gamote, la alcaldesa de Vilardevós, lleva más de ocho meses detrás de una solución para ese tramo, pero también para otros dos peligrosos en esa misma carretera. "No caso da Bemposta, xa se lle remitiron escritos, xa viñeron técnicos, pero de palabra nos dixeron que ese tramo non cumpría os requisitos para establecer un paso de peóns ou colocar un badén. Estou agardando a que dende a Axencia Galega de Infraestruturas me confirmen o día para ter unha reunión con eles, porque unha solución hai que darlle", dice Pérez Gamote.
La regidora también confirma que existen otros dos puntos críticos con riesgo para las personas: uno en Trasigrexa y otro, curiosamente, delante de la puerta del propio consistorio de Vilardevós, donde también los vehículos circulan a velocidades altas al tratarse de una recta con gran pendiente que cruza la capitalidad del municipio.
