Solamente visitando el lugar el lector podrá hacerse una idea de la gravedad de la situación en la que vivía el vecino propietario del inmueble del número 78 de la avenida de Cabreiroá, en el casco urbano de la villa de Verín.
Más de un centenar de diferentes especies de animales en el interior de la vivienda, toneladas de basura acumulada en las distintas dependencias, desde su escalera de acceso principal hasta el cuarto de baño; un bajo cubierta lleno de gallinas, sus excrementos, despojos, cadáveres de animales, etc... En esas condiciones vivía el propietario de la casa de la avenida de Cabreiroá, quien en invierno dormía en su automóvil, quizás por el hedor que desprende el inmueble, y en verano lo hacía en el sofá de la imagen, del que fue rescatado.
José Pérez Parada, residente en la vivienda de al lado, escuchó gritos de su vecino, el primero a las cuatro de la mañana del pasado domingo. Aunque creyó que podría tratarse de algún joven, o varios, aún de fiesta desde el sábado. No volvió a dormir. A las siete se asomó a la ventana de su habitación y seguía oyendo los reclamos. Llamó por el nombre a su vecino Rafa. Era éste el que pedía auxilio. Acababa de caerse del sofá en el que dormía en el patio de su casa, rodeado de basura. Presentaba hipotermia y varias patologías. Los servicios sanitarios acudieron, acompañados de la Guardia Civil, al lugar. Acabaron rescatando al propietario y llevándolo al hospital de Verín.
Lo que estaba a punto de descubrir José Pérez es inenarrable. Kilos y kilos de basura acumulada en todas y cada una de las dependencias de su vivienda y decenas de animales... En la cocina, en el salón, en el baño, en el bajo, en construcciones anexas del jardín, en el bajo cubierta... Muchos de ellos ya se habían devorado entre ellos. Una de las cosas que más le impresionó fue la cabeza de un pequeño can que ya estaba disecada en uno de los cubos en los que seguro murió de inanición.
Los servicios sanitarios intentan recuperar al propietario de todas sus dolencias. El Seprona ya conoce las condiciones en las que vivía este hombre. Los Servicios Sociales del ayuntamiento verinense hace varios años que tenían conocimiento de la situación de este vecino. Actuaron en su día, pero la situación llegó a este extremo.
"Pepe" Parada le ha salvado la vida. Él, su inseparable "Veves" -animalista hasta la médula- y el vecino de ambos Manuel alimentan, en la medida de sus posibilidades, al centenar de animales del interior. El propietario se recupera en el hospital. Solo resta que las Administraciones actúen con la inmediatez de la que, a veces, no pueden presumir para revertir una situación que se ha convertido en todo un atentado contra la salud pública en pleno casco urbano y chic de Verín.
