FOTOGALERÍA | Cita con el recuerdo y la tradición en la decidida apuesta por el rural de A Veiga

Abrió sus puertas tímidamente, porque las nubes dejaban caer una pertinaz lluvia que hacía presagiar una inauguración pasada por agua. Pero no, el público mayoritario no llegó a tiempo para los discursos, pero sí respaldó más tarde una cuarta cita -ya- con la tradición y el orgullo de ser y vivir del rural: Crianza Trevinca.

Fueron puntuales para la inauguración el presidente del Inorde, Rosendo Luis Fernández; el director xeral de Agacal (Axencia Galega de Calidade Alimentaria), Martín Alemparte, y el jefe territorial de Medio Rural en Ourense, José Antonio Armada. Como también lo fue el anfitrión, el último en hablar: Juan Anta Rodríguez. 

El primero señaló que ganadería y montaña forman "sempre un binomio indisoluble, e é moi necesario conservar e potenciar a singularidade dun territorio, como fai este alcalde novo", en referencia a su compañero de formación Juan Anta. Dejó algo perplejos a algunos de sus acólitos al asegurar que "a mellor forma de ser progresista é potenciar o tradicional" y concluyó su intervención asegurando que "esta feira acabará por converterse nunha referencia a nivel autonómico, porque a nivel provincial xa o é". 

Martín Alemparte acudió hasta A Veiga en representación de la titular de la Consellería de Medio Rural. Fue breve y arrancó un sincero aplauso de los presentes cuando aseguró: "Algunha vez na vida precisaremos dun avogado, ou dun médico, ou dun arquitecto; pero polo menos tres veces ao día imos precisar dun agricultor ou dun gandeiro, polo que vos pido que tentemos entre todos pór á altura que se merece o sector agroalimentario".

El capítulo de los agradecimientos más cercanos lo protagonizó Juan Anta, el regidor, que nombró uno por uno a todos sus colaboradores más cercanos, incluso tuvo palabras de reconocimiento para uno de los ediles de la oposición. Anta Rodríguez reivindicó "esta feira familiar, que só quere lembrar o legado que nos deixaron os nosos pais e avós. Isto non son modas, son tradicións, son unha maneira de vivir que tiveron os que nos precederon e que nós temos que seguir defendendo". 

Lo interrumpieron los primeros ronquidos de las motosierras, que comenzaban a tallar la madera. Sonaron las gaitas, el himno y arrancó el tradicional paseíllo por los diferentes "toriles" de las ganaderías participantes. 

De ahí, a comprobar como el alcalde de Os Blancos, José Manuel Castro Blanco, tiene más arte y ara más recto con los bueyes que su vecino y homólogo José Antonio Feijóo; o ver como una minúscula perra es capaz de mover a su antojo -y al de su amo- a un buen rebaño de ovejas.

Miedo daban esas majestuosas hachas cortando troncos tan cerca de los pies de sus protagonistas, tanto que el público se dirigió ansioso hacia el puesto de degustación gratuita de "faba loba" -se consumieron en minutos-. Menos mal que allí estaba una unidad de la Consellería do Mar, que saben amar al prójimo con sus exquisiteces en pleno interior. 

Y qué mejor que un buen vino de denominación de la próxima Valdeorras para acompañarlos, en la doble cata programada por la organización, la primera a la una del mediodía. 

Por la tarde, más espectáculo, entre ellos uno ecuestre. Y más tradición, como el buen magosto o el concurso de "xunguido de bois". 

Queda todavía media jornada más, la del domingo, por si quieren repetir. Deberían. Si no lo hacen, sirvan echarle un ojo a este doble compendio de imágenes. Seguro se arrepentirán de no haberse movido de casa, de ser el caso.